para Emprendedores Altamente Conscientes

Cómo llegué hasta aquí y lo que encontré por el camino

Todas las personas podemos ser felices. Guardamos un potencial incalculable dentro de nosotros.

Si no hemos desarrollado todo este potencial ha sido, principalmente, porque no sabíamos cómo hacerlo.

Hoy voy a contestar yo misma a la pregunta que hice en la entrada anterior: ¿qué te ha traído hasta aquí?

Hasta hace unos años, había estado desarrollando una carrera bastante interesante y fructífera, entre la ingeniería, la dirección de proyectos y organizaciones, el desarrollo personal y la educación, todo a la vez y con buenos resultados.

Entonces dejé mi trabajo y me embarqué en una nueva empresa, a petición de alguien muy apreciado para mí. Hice lo que sabía hacer, pero esta vez las cosas no funcionaron como solían. Después de buscar la solución por todas las vías conocidas y no encontrarla, llegué a la conclusión de que esa solución debía estar en algún otro lugar.

Tenía que haber una solución, aunque no fuera la que yo pensaba o no se encontrara donde yo imaginaba.

Así que comencé un camino de redescubrimiento, tanto personal como de métodos, formas de construir, de tratar con la gente. Todo. Solté todos los axiomas en los que me había basado hasta la fecha, con la idea de abrir todas las puertas posibles.

Soltar creencias, reajustar la percepción y la forma de pensar

Soltar las bases sobre las que se había creado mi vida en busca de una vía alternativa no fue sencillo. Había cosas que fundamentaban mi forma de pensar de las que era consciente y otras de las que no lo era.

Y cuando decides buscar algo que no conoces y que no sabes dónde está, comienzas a encontrar una gran variedad de opiniones y gente que dice conocer el camino.

Acepté la posibilidad de que cualquiera de mis conocimientos fuera descartable y probé todo lo que aparecía ante mí.

Asuntos pendientes

Descubrí que tenía algunas heridas, algunos asuntos pendientes que se habían ido acumulando a lo largo de los años y que, estos asuntos, junto con algunas formas de actuar aprendidas cuando era niña, influían en mis reacciones y en mi forma de afrontar las situaciones. Hasta ese momento, no habían supuesto grandes obstáculos, pero la vida me puso delante una situación perfecta para darme cuenta de que estaban ahí. Y de eso se trataba, de verlos.

Al principio, no sabía cómo

Cuando comencé, no sabía qué o cómo debía mirar. Una vez que encontré lo que quería resolver, me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo hacerlo. Había muchos de esos consejos a mi alrededor, pero los que realmente me podían servir no sabía cómo llevarlos a la práctica.

Y eso es lo que he visto también en muchas personas. Las pistas están ahí, frente a nosotros, por todas partes, en realidad. Es sólo que nunca nadie nos enseñó a leer en ese idioma ni la forma de aplicar lo que éste nos cuenta.

Lo que descubrí

Después de muchas vueltas y algunos barullos mentales, descubrí que, en realidad, todo se basa en una única pauta: seguirte a ti.

Y que, para seguirte, es importante ir quitando de en medio aquello que has ido adquiriendo del exterior pero que, en realidad, no tiene que ver contigo: actitudes, creencias, obligaciones…

Y que esto es fácil de hacer cuando:

  1. Aprendes a mirar en los espejos, a observar cada situación
  2. Gestionas los asuntos pendientes en tu interior, liberas y das el paso
  3. Recuerdas lo que es la aceptación y el amor incondicional a ti mismo/a

Y que, cuando consigues saber quién eres, lo que realmente quieres, y vas a por ello, puedes alcanzar cualquier cosa que te propongas.

Hasta aquí y a partir de aquí

Esto fue lo que me trajo hasta aquí. Aprendí. Recordé cómo creer de nuevo en quien fui desde el principio, antes de aprender lo que luego creí que tenía que ser para conseguir.

Y eso se refleja en todo, facilitando y acortando el camino gracias a toda la experiencia recopilada de los últimos años y unida a aquello con lo que decidí quedarme de mi «vida anterior».

Y te invito a que tú también lo hagas. Estés en el punto que estés… al principio, en medio, perdido/a, ubicado/a, y, por supuesto, si ya lo has conseguido, porque tu ejemplo puede inspirar a otros a encontrar su lugar.

¿Nos lo cuentas? 😀

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

7 ideas sobre “Cómo llegué hasta aquí y lo que encontré por el camino”